Plaza Sempiterna

Al no haber hecho croquis, seme iba de las manos, un poco, la obra literaria y como tenemos un resorte, en los palos del flamenco; empleados en toda España y en muchas Naciones; fue cuando comencé a encaminar la obra literaria poética, hacia unos derroteros infranqueables; pues cuando se tuerce una obra literaria, no hay quién la ponga en condiciones.

Al emplear las palabras flamencas, se encauzo la obra literaria; pues antes jugaba con los versos, para que pareciese algo dicha construcción la obra poética: Pues al ser los versos de arte menor y casi sin acentos, no tenía ritmo musical alguno. La obra estaba llamada al fracaso.

Así, más tarde jugaba con los versos y las palabras, en un son de estar ducho en dicho trabajo, aunque no experto en su llevanza poética. Resultando un compendio bonito y agradable, para la persona que lea la obra literaria o que asista al montaje de dicha obra.

No se quiere enseñar nada, ni ética; para eso ya hay profesores y maestros en dichos temas. Lo único, que se quiere, es que se respetan las personas, unas a las otras: Sean del género que sean.

Al haber tantas canciones, el guion no ha podido ser extenso, para no cansar al elenco de actores.